‘El reino de las margaritas’ es un cuento fantástico, lleno de imaginación y de valores esenciales. Leer es maravilloso, pero compartir la lectura con los demás a través de la imaginación, es mucho mejor.
Descubre a través de este cuento valores como los de la hospitalidad, el agradecimiento o la amabilidad e imagina con tu hijo cómo sería el reino más hermoso.
TIEMPO DE LECTURA: 6 MINUTOS Y MEDIO
El reino de las margaritas es un cuento para incentivar a los niños en la lectura
Érase que se era un reino muyyyyyy lejano. Tan, tan lejano como la luna y el sol. Y como las estrellas, las nubes y los arcoíris. Por eso allí sólo se podía ir en Popete, un cohete especial de color verde y un sombrero de rayitas al que le encantaba salir de paseo.
Y en ese reino tan lejano, claro, había un rey. Bueno, en este caso, una reina. La reina se llamaba Eva y vivía con su hermana Vero y su fiel escudera: Patricia.
Eva era una reina buena y cariñosa. Le gustaba mucho leer, por eso su castillo estaba lleno de libros.
En el país de Eva, todo era diferente. Los árboles no daban manzanas, sino cuentos. Y cada vez que se acercaba una tormenta y caía una tromba de agua, el reino se llenaba de letras de colores.
Era un auténtico caos, porque se mezclaban con las flores, todas rojas, azules, violetas y naranjas, y luego era la mar de difícil recoger las letras del suelo.
Pero Eva no era feliz. Ni tampoco Vero. Ni Patricia. Se sentían un poco solas. Tenían miles de letras almacenadas y no podían compartirlas con nadie.
Un día Eva tuvo una idea: mandaría en Popete a su hermana y a Patricia en busca de otros reinos. Así les podrían invitar a quedarse una temporada con ellas.
A Vero y a Patricia les pareció una excelente idea, así que se subieron en Popete y se lanzaron en busca de nuevos reinos.
El reino de las margaritas: Eva y Patricia salen en busca de otros reinos
El primer planeta al que llegaron era un reino muy oscuro. En él vivía un rey fanfarrón y vanidoso. Creía saberlo todo, y no tardó ni tres minutos en echarlas de allí.
Vero y Patricia se fueron asustadas. No les había gustado nada ese rey tan poco hospitalario.
El segundo reino al que llegaron, parecía bonito. Tenía lindos colores y cientos de mariposas volaban libres por el cielo, pero su reina era la más egoísta de todos los reyes y reinas, y nada más verlas, escondió mariposas, flores y libros para que ni siquiera no pudieran mirarlos.
Vero y Patricia se fueron muy tristes de allí.
Desesperadas, Vero y Patricia estuvieron a punto de darse media vuelta, cuando de repente vieron algo realmente asombroso:
a lo lejos se podía ver con toda claridad, un reino con una enorme montaña blanca. Pero no era nieve lo que la cubría, sino.. ¡margaritas! Miles y miles de margaritas, desde el pie de la montaña hasta lo más alto de la cima.
El gran secreto del reino de las margaritas
Arriba del todo, había un castillo, y sobrevolando el castillo, seis enormes dragones.
– Vero- le dijo Patricia- ¿Tú tienes miedo de los dragones?
– ¿Yo?- contestó Vero asombrada- ¡Ninguno!
Y allá que se fueron las dos en Popete, impacientes por visitar aquel extraño reino.
Al llegar, los dragones salieron a su encuentro.
– ¿Qué venís a buscar?- les preguntaron.
– Venimos a invitaros a nuestro reino.
Los dragones se miraron extrañados. No solían tener visita. Todo el que llegaba hasta allí, se daba la vuelta muerto de miedo. Pero esas dos chicas tan raras no parecían estar asustadas.
– Venid con nosotros. Os llevaremos hasta el castillo. Allí conoceréis a nuestros reyes.
– ¿Reyes?– preguntaron las dos al unísono.
– Sí- contestaron los dragones- Son seis.
Y al llegar al castillo, Vero y Patricia no podían creer lo que veían: los reyes eran… ¡niños!
Claire, Gabriela, Sonia, Adrián, Sergio y José, se quedaron tan sorprendidos como ellas, porque nunca antes había visto a dos chicas en cohete. Bueno, nunca antes habían visto personas más mayores que ellos.
Vero y Patricia se presentaron y les explicaron por qué estaban allí.
Los niños se miraron y aplaudieron. ¡Les pareció una excelente idea!
– ¿Iremos en cohete?- preguntó Sergio- Yo prefiero los trenes, pero no me importa montar en Popete.
– Yo quiero ir la primera- dijo Sonia.
– Pero, ¿cabemos todos?- preguntó Adrián.
– Que sí, que sí, no os preocupéis- les aclaró Patricia- Es un cohete especial. Podéis subir todos.
Y todos se subieron, no sin coger antes un buen manojo de margaritas para llevar de regalo al reino de las letras.
El reino de las margaritas: llegan los invitados
José, Adrián, Sonia, Claire, Sergio y Gabriela, abrieron mucho, pero muuucho los ojos al llegar allí. Jamás había visto un reino tan bonito. Con árboles llenitos de cuentos y letras de colores esparcidas por el suelo.
Les gustó tanto, que decidieron quedarse una buena temporada. Por fortuna sus dragones habían venido con ellos.
Eva plantó las margaritas que trajeron, y también su reino se llenó de flores blancas.
– Me encanta este reino- gritó José dando brincos entre las flores.
– Y a mí, Popete- dijo Sergio.
– Yo quiero aprender a leer– dijo Claire cogiendo un cuento del árbol.
Eva por fin se sentía feliz. Es justo lo que quería: compartir su reino con reyes de ojos abiertos y corazón bondadoso.
Desde entonces, su reino de las letras abrió sus puertas a reyes como ellos, y aprender se convirtió en algo muyyyy divertido.
( ‘El reino de las margaritas’ © Fanny Tales 2014)
Qué puedes trabajar con el cuento infantil ‘El reino de las margaritas’
Con este cuento del reino de las margaritas trabajarás:
- El valor de la amabilidad.
- El valor de la hospitalidad.
- El egoísmo.
- La vanidad.
Reflexiones sobre El reino de las margaritas y los valores que transmite
Este cuento del reino de las margaritas, lleno de fantasía, invita a los niños a leer, a apasionarse por la lectura, pero también transmite otra serie de valores esenciales.
En el cuento, existen cuatro reinos:
1. El reino de las letras, en donde todo es perfecto, a excepción de una cosa: se necesitan niños para poder compartir con ellos los cuentos.
2. El reino oscuro, en donde reina la vanidad y la soberbia. El rey de este lugar se cree el mejor, el más listo, el más rico… y olvida que no está solo, que hay otros reinos y que nadie es mejor ni peor.
3. El reino del egoísmo. Era un planeta precioso, hermoso… pero su reina no quería compartir nada con los demás. Al ser tan egoísta, lo único que conseguía era soledad.
4. El reino de las margaritas. En este lugar, solo había niños… y dragones. Pero los dragones no daban nada de miedo, y protegían a los niños, quienes, desde su inocencia, demostraron ser bondadosos, amables y con una gran curiosidad por descubrir otros lugares.
¡Y al fin pudieron encontrarse con los libros y la literatura!
- La unión de los niños con la literatura: Sin duda, la unión entre los niños y el reino de las letras es una unión perfecta. Ambos disfrutan y se complementan. Los niños compartieron sus flores (que simboliza su curiosidad y su ilusión) y los libros sus miles y miles de historias maravillosas con las que aprender y soñar.
Preguntas de comprensión lectora sobre el cuento El reino de las margaritas
Reflexiona con tu hijo sobre el mensaje del cuento y sobre cada uno de los valores que transmite y aprovecha esta historia llena de fantasía para mejorar su atención y comprensión lectora.
Puedes hacerle estas preguntas al finalizar la lectura:
1. ¿Por qué estaban tristes las tres chicas que vivían en el reino de las letras?
2. ¿Cuál fue el primer reino que visitaron? ¿Por qué no les gustó?
3. ¿Qué le pasaba al segundo reino que visitaron?
4. ¿Quiénes eran los reyes del reino de las margaritas?
5. ¿Les gustó a los niños el país de las letras?
Otros cuentos para incentivar a los niños en la lectura
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